The Truth of Tibetan Buddhism

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Sexual scandals of Lamas and Rinpoches

über die Dalai Lamas

Before Buddhism was brought to Tibet, the Tibetans had their believes in "Bon". "Bon" is a kind of folk beliefs which gives offerings to ghosts and gods and receives their blessing. It belongs to local folk beliefs.

In the Chinese Tang Dynasty, the Tibetan King Songtsän Gampo brought “Buddhism” to the Tibetan people which became the state religion. The so-called “Buddhism” is Tantric Buddhism which spreads out during the final period of Indian Buddhism. The Tantric Buddhism is also named "left hand tantra" because of its tantric sexual practices. In order to suit Tibetan manners and customs, the tantric Buddhism was mixed with "Bon". Due to its beliefs of ghosts and sexual practices, it became more excessive.

The tantric Master Atiśa spread out the tantric sex teachings in private. Padmasambhava taught it in public, so that the Tibetan Buddhism stands not only apart from Buddhist teachings, but also from Buddhist form. Thus, the Tibetan Buddhism does not belong to Buddhism, and has to be renamed "Lamaism".

   
                  Dalai Lama y sus personages(一)

 

En el sitio conspiracyschool.com fue publicado en Marzo de 2014 el siguiente trabajo investigativo de David Livingstone que ofrecemos en castellano.

El autor examina diversos aspectos y personajes en torno a la figura del actual Dalai Lama, pasando por,
el mito de Shambhala
los sueños de establecer un Imperio en Asia Central en el período de entreguerras
las expediciones al Tíbet enviadas por diversas potencias
la inefable y oriental Sociedad del Dragón Verde
los nexos del lama tibetano con personajes del campo vencido durante la Segunda Guerra


Secretos Ocultos...del Dalai Lama

Shambhala

Según lo relata Tim Cummings en The Guardian, el hombre al que se le da el crédito de "casi sin ayuda llevar el budismo tibetano a Occidente" fue el emisario del Dalai Lama, Gerald Yorke, un amigo personal y secretario de Aleister Crowley, el padrino del Satanismo del siglo XX. [1]

Yorke también escribió un original prefacio a un libro secreto sobre la iniciación del Kalachakra, Aleister Crowley, la Golden Dawn y el budismo.

Yorke también trabajó como asesor en Lucifer Rising, del cineasta experimental Kenneth Anger, basado en el concepto del Libro de la Ley (The Book of The Law), de Crowley.

Anger, quien estuvo en el centro del extraño nexo entre rock'n roll y ocultismo en Laurel Canyon durante los años '60, también estuvo cercanamente asociado con Anton LaVey, líder de la Iglesia de Satán, y los miembros del clan (de Charles) Manson.

Además, en Octubre de 1998 la administración del Dalai Lama reconoció que recibió 1,7 millón de dólares por año en los años '60 por parte del gobierno estadounidense a través de la CIA. [2]

¿Le suena esto a usted como una mezcla incongruente? No cuando usted considera la verdadera historia del Dalai Lama, distinto del fantasma que ha sido descrito en los medios predominantes de comunicación.

La popularidad del Dalai Lama como una expresión de la sabiduría del budismo está realmente relacionada con el mito ocultista de Shambhala, que tiene su origen en las bufonadas geopolíticas del Gran Juego, la rivalidad estratégica y el conflicto por la supremacía en Asia Central entre el Imperio británico y el Imperio ruso en el siglo XVIII.

Esto no equivale a decir que los Imperios rivales lucharon por el control de una creencia anticuada, sino que más bien el mito ocultista parece haber sido alimentado para servir a las ambiciones imperiales.

Shambhala, el hogar legendario de la raza aria, se derivó originalmente de la noción propuesta primeramente por Emanuel Swedenborg - y popularizada por el masón del Rito Escocés, Chevalier Ramsay - del Tantra hindú como una expresión de una "Kábala asiática", que proporcionó la oportunidad para proponer un origen de la tradición ocultista en un pueblo distinto que los judíos, y para identificarlos como los supuestos antepasados de los europeos.

Hay alguna sustancia en las afirmaciones de Swedenborg, ya que Gershom Scholem también notó que la Kábala,
"tiene un marcado parecido tanto con la Yoga hindú como con el sufismo musulmán".
(Kabbalah, p. 180)
Sin embargo, en vez de antiguas migraciones arias, tales similitudes pueden ser atribuidas más probablemente a una influencia gnóstica posterior en India.

En otras palabras, fue la Kábala judía la que influyó sobre el Tantra hindú, y no al revés.

El Tantra es un estilo de ocultismo que los estudiosos han reconocido que se originó en la India medieval no después del siglo V d.C., después de lo cual influyó en las tradiciones hindúes y en el budismo.

El Evangelio de Tomás, descubierto entre los evangelios gnósticos cerca de Nag Hammadi en 1945, se llama así por el apóstol Tomás, de quien tradicionalmente creen los cristianos en Kerala, en el Sudoeste de la India, que difundió el cristianismo entre los judíos que había allí.

Edward Conze, un estudioso británico del budismo, señaló que,
"los budistas estaban en contacto con esos cristianos de Tomás". [3]
Elaine Pagels mencionó que
"Las rutas comerciales entre el mundo greco-romano y el Lejano Oriente se estaban abriendo en el momento en que floreció el Gnosticismo (80-200 d.C.); durante generaciones, los misioneros budistas habían estado ganando prosélitos en Alejandría". [4]
En 1833, Sándor (Alexander) Csoma de Körös (1784-1842) fue el primero en informar de la leyenda de Shambhala en Occidente.

Basado en las afinidades lingüísticas entre el húngaro y las lenguas túrquicas, Csoma creyó que los orígenes del pueblo húngaro estaban en "la tierra de los yugurs (uigures)" en Xinjiang, una provincia del Noroeste de China.

En una carta de 1825, Csoma de Körös escribió que Shambhala es como una Jerusalén budista, y creía que probablemente podía ser encontrada en Kazajstán, cerca del desierto de Gobi.

Otros más tarde también la localizarían más específicamente en Xinjiang, o en las montañas Altai. [5]

El conocimiento que Csoma tenía de Shambhala se derivaba del Kalachakra Tantra del budismo tibetano, un supersticioso conjunto altamente ritualizado de creencias, amalgama que evolucionó desde el budismo, el Tantra hindú y la religión chamánica pre-budista del Bön.

Desarrollado en el siglo X, el Kalachakra está bastante alejado de las tradiciones budistas más tempranas.

En la tradición budista tibetana, se afirma que el Buda enseñó el Tantra, pero puesto que ya éstas eran enseñanzas "secretas", transmitidas sólo de gurú a discípulo, ellas fueron generalmente escritas mucho después de sus otras enseñanzas.

Sin embargo, los historiadores sostienen que asignar dichas estas enseñanzas al Buda histórico es "evidentemente absurdo". [6]

El Kalachakra Tantra es considerado por los lamas como el pináculo de todos los sistemas budistas, pero tradicionalmente sólo ha habido expertos individuales que realmente dominan su complicado ritual.

Para los Sombreros Amarillos (Gelugpa), éstos son,
el Dalai Lama
el Panchen Lama
En público, como lo ha revelado el acabado estudio de Victor y Victoria Trimondi, el Dalai Lama imparte sólo los siete niveles más bajos de la iniciación, mientras que los secretos de los ocho grados superiores no pueden, bajo pena de un castigo tortuoso, ser discutidos con los no iniciados.

En esos grados superiores se usan ejercicios mentales y físicos extremos para impulsar al iniciado a un estado más allá del bien y el mal.

Reflejando tendencias encontradas entre los gnósticos, el Kalachakra Tantra requiere que el iniciado se permita el asesinato, la mentira, el robo, la infidelidad, el consumo de alcohol y las relaciones sexuales con muchachas de "clase inferior". [7]

La mención de Csoma de Körös de Shambhala se convirtió en la base de las especulaciones místicas ofrecidas por H.P. Blavatsky, quien fundó la Sociedad Teosófica, y que llegó a ser considerada como un oráculo de la masonería y la madrina del ocultismo.

Blavatsky llegó a ser en gran parte responsable de iniciar la popularidad del budismo como una fuente de la Sabiduría Antigua.

Más específicamente, Blavatsky vio al budismo tibetano como la única preservación verdadera del antiguo chamanismo y de las tradiciones de la magia.

 

El Zar Blanco

La explotación del mito de Shambhala estaba en línea con las nuevas direcciones políticas del Gran Juego, que desplegaría a actores relacionados con la Sociedad Teosófica y la Orden Martinista, encabezada por Gérard Encausse, también conocido como Papus.

Cuando joven, Encausse estudió la Kábala y más tarde se unió a la Sociedad Teosófica francesa, y fue también miembro de la Hermandad Hermética de Luxor y de la Golden Dawn.

Papus también había fundado la Orden Kabalística de la Rosa-Cruz junto con Saint-Yves d’Alveydre, Gran Maestro de la Orden Martinista, quien propuso la filosofía política del Sinarquismo, que se convirtió en el fundamento de gran parte del fascismo del siglo XX.

"Sinarquía" llegó a significar "gobierno de las sociedades secretas", que servirían como la clase sacerdotal en comunicación directa con los "dioses", es decir, los Maestros Ascendidos de Agartha, una ciudad legendaria que se dice que reside en la Tierra Hueca.

Agartha estaba relacionado con el mito de Shambhala, popularizado por Blavatsky como el hogar legendario de la raza aria, y sacó su influencia de la novela ocultista de Bulwer-Lytton "La Raza que Vendrá" o "Vril: el Poder de la Raza que Vendrá - Vril - The Power of The Coming Race".

Fue probablemente mediante canales Martinistas que el explorador polaco Ferdinand Ossendowski se enteró de la leyenda de Agartha. Ossendowski escribió un libro en 1922 titulado Bestias, Hombres y Dioses (Beasts, Men and Gods), en el cual cuenta una historia que él afirma que le fue impartida desde un reino subterráneo que existe dentro de la Tierra.

Ese reino era conocido por los budistas como Agharti, que está asociado con Shambhala.

A Ossendowski le hablaron de los poderes milagrosos de los monjes tibetanos, y del Dalai Lama en particular, que los extranjeros difícilmente podrían comprender, y continuó:
"Pero allí también existe un hombre todavía más poderoso y más santo... el Rey del Mundo en Agharti". [8]
Al establecer la Orden Kabalista de la Rosacruz, que llegó a ser considerada como el "círculo interno" de la Orden Martinista, Papus soñó con unir a los ocultistas en una revivida hermandad rosacruz, como una orden ocultista internacional, en la cual él esperaba que el Imperio ruso jugaría un papel principal como el puente entre Oriente y Occidente. [9]

Papus creía que el vasto Imperio ruso era el único poder capaz de frustrar la conspiración de los "Hermanos de la Sombra" y de prepararse para la guerra próxima con Alemania.

Papus sirvió al Zar Nicolás II y a la Zarina Alexandra como médico y como asesor ocultista.

Por medio de Papus la familia imperial llegó a relacionarse con el amigo y consejero espiritual de éste, el místico Maître Philippe que ejerció una importante influencia sobre la familia Real antes de Rasputin. Se creía que él poseía notables poderes de sanación, así como la capacidad de controlar el relámpago, para viajar de manera invisible.

También se dijo que los supuestos falsificadores de los Protocolos de Sión habían hecho uso de una versión más temprana de la obra descubierta por Papus. [10]

Entre esos círculos, la ciudad de San Petersburgo se convirtió en un semillero de complots en torno al Gran Juego de confusos intereses británicos y rusos. Como lo ha relatado Richard B. Spence en Secret Agent 666, en el verano de 1897 Aleister Crowley también había viajado a San Petersburgo en Rusia, empleado por el servicio secreto británico, pretendiendo ganar una designación en la corte del Zar Nicolás II.

Un actor clave en esas intrigas fue el lama Agvan Dorjieff (o Dorzhiev), el principal tutor del 13er Dalai Lama, quien llegó a ser su embajador en la corte del Zar Nicolás II.

En 1898, sólo unos meses después de la visita de Crowley, Dorjieff mismo viajó a San Petersburgo para reunirse con el Zar.

La reunión de Dorjieff con Nicolás II fue arreglada por el confidente cercano del Zar, el príncipe Esper Ukhtomskii (1861-1921). Un teósofo, el aliado más cercano de Ukhtomskii era el conde Sergei Witte, el ministro de Finanzas de Rusia y primo hermano de Blavatsky.

Cuando Ukhtomskii acompañó a Nicolás II mientras él estaba en su gran viaje al Oriente, entró en contacto con Blavatsky y Olcott en la oficina central de la Sociedad Teosófica en Adyar, India, y prometió usar su influencia para impulsar sus proyectos. [11]

Sugiriendo la naturaleza de las ambiciones rusas que él representaba, Ukhtomskii escribió:
"En nuestra conexión orgánica con todas esas tierras está la promesa de nuestro futuro, en el cual la Rusia Asiática significará simplemente toda Asia". [12]
Como él explicó,
"Los lazos que unen nuestra parte de Europa con Irán y Turán [Asia Central], y por medio de ellos con India y el Imperio Celeste [China], son tan antiguos y duraderos que, hasta aquí, nosotros mismos, como una nación y un Estado, no comprendemos totalmente todo su significado y los deberes que ellos implican para nosotros, tanto en nuestro hogar como en la política exterior". [13]
Hacia la década de 1890 Dorjieff había comenzado a difundir la historia de que Rusia era la mítica tierra de Shambhala, y que Nicolás II era el Zar Blanco que salvaría al budismo, levantando esperanzas de que él apoyaría al Tíbet y a su religión.

Hacia 1903, tanto Lord Curzon, el Virrey de la India, como Francis Younghusband se convencieron de que Rusia y el Tíbet habían firmado tratados secretos que amenazaban los intereses británicos en India, y habían sospechado que Dorjieff estaba trabajando para los rusos.

El temor de que Rusia hiciera entrar al Tíbet en el Gran Juego para controlar las rutas a través de Asia fue por lo tanto una razón para la invasión británica del Tíbet durante 1903-1904. Según la leyenda, Dorjieff entonces huyó a Mongolia con el Dalai Lama.

Es posible que Dorjieff también estuviera implicado en un complot posterior para forjar un enorme Imperio mongol en Asia Central, por medio del "Barón Loco" Roman von Ungern-Sternberg, quien en 1921 estableció un efímero régimen en Mongolia Exterior durante la Guerra Civil rusa.

Un auto-proclamado guerrero budista que soñaba con conducir una guerra santa en Asia, el barón se adhirió al mito de "Shambhala", y creyó ser él mismo una reencarnación de Kangchendzönga, el dios mongol de la guerra, y supuestamente intentó ponerse en contacto con el "Rey del Mundo" con la esperanza de materializar su plan.

El discípulo de Dorjieff era el oficial de suministros de Ungern-Sternberg, y Ferdinand Ossendowsky fue también un consejero clave, habiéndose integrado al ejército del barón como un oficial al mando de una de las tropas de auto-defensa.

Se ha sospechado ampliamente que Dorjieff era el mismo George Gurdjieff, un carismático hipnotizador, comerciante de alfombras y espía, que trabajó como un agente secreto ruso en el Tíbet durante la primera parte del siglo XX.

Habiendo estado en contacto con los sufíes Bektashi de Turquía, Gurdjieff también planteó el mito del chamanismo de Asia Central como la fuente de la tradición ocultista.

 


Die Dalai Lamas

»Die Dalai Lamas werden von ihren Anhängern als fortgeschrittene Mahayana Bodhisattvas angesehen, mitfühlende Wesen, die sozusagen ihren eigenen Eintritt in das Nirvana zurückgestellt haben, um der leidenden Menschheit zu helfen. Sie sind demnach auf einem guten Wege zur Buddhaschaft, sie entwickeln Perfektion in ihrer Weisheit und ihrem Mitgefühl zum Wohle aller Wesen. Dies rechtertigt, in Form einer Doktrin, die soziopolitische Mitwirkung der Dalai Lamas, als Ausdruck des mitfühlenden Wunsches eines Bodhisattvas, anderen zu helfen.«

?Hier sollten wir zwei Dinge feststellen, die der Dalai Lama nicht ist: Erstens, er ist nicht in einem einfachen Sinne ein ?Gott-König?. Er mag eine Art König sein, aber er ist kein Gott für den Buddhismus. Zweitens, ist der Dalai Lama nicht das ?Oberhaupt des Tibetischen Buddhismus? als Ganzes. Es gibt zahlreiche Traditionen im Buddhismus. Manche haben ein Oberhaupt benannt, andere nicht. Auch innerhalb Tibets gibt es mehrere Traditionen. Das Oberhaupt der Geluk Tradition ist der Abt des Ganden Klosters, als Nachfolger von Tsong kha pa, dem Begründer der Geluk Tradition im vierzehnten/fünfzehnten Jahrhundert.«

Paul Williams, »Dalai Lama«, in
Clarke, P. B., Encyclopedia of New Religious Movements
(New York: Routledge, 2006), S. 136.

Regierungsverantwortung
der Dalai Lamas

?Nur wenige der 14 Dalai Lamas regierten Tibet und wenn, dann meist nur für einige wenige Jahre.?

(Brauen 2005:6)

»In der Realität dürften insgesamt kaum mehr als fünfundvierzig Jahre der uneingeschränkten Regierungsgewalt der Dalai Lamas zusammenkommen. Die Dalai Lamas sechs und neun bis zwölf regierten gar nicht, die letzten vier, weil keiner von ihnen das regierungsfähige Alter erreichte. Der siebte Dalai Lama regierte uneingeschränkt nur drei Jahre und der achte überhaupt nur widerwillig und auch das phasenweise nicht allein. Lediglich der fünfte und der dreizehnte Dalai Lama können eine nennenswerte Regieruagsbeteiligung oder Alleinregierung vorweisen. Zwischen 1750 und 1950 gab es nur achtunddreißig Jahre, in denen kein Regent regierte!«

Jan-Ulrich Sobisch,
Lamakratie - Das Scheitern einer Regierungsform (PDF), S. 182,
Universität Hamburg

Der Fünfte Dalai Lama,
Ngawang Lobsang Gyatso

Der Fünfte Dalai Lama, Ngawang Lobsang Gyatso

?Der fünfte Dalai Lama, der in der tibetischen Geschichte einfach ?Der Gro?e Fünfte? genannt wird, ist bekannt als der Führer, dem es 1642 gelang, Tibet nach einem grausamen Bürgerkrieg zu vereinigen. Die ?ra des fünften Dalai Lama (in etwa von seiner Einsetzung als Herrscher von Tibet bis zum Beginn des 18. Jahrhunderts, als seiner Regierung die Kontrolle über das Land zu entgleiten begann) gilt als pr?gender Zeitabschnitt bei der Herausbildung einer nationalen tibetischen Identit?t - eine Identit?t, die sich im Wesentlichen auf den Dalai Lama, den Potala-Palast der Dalai Lamas und die heiligen Tempel von Lhasa stützt. In dieser Zeit wandelte sich der Dalai Lama von einer Reinkarnation unter vielen, wie sie mit den verschiedenen buddhistischen Schulen assoziiert waren, zum wichtigsten Beschützer seines Landes. So bemerkte 1646 ein Schriftsteller, dass dank der guten Werke des fünften Dalai Lama ganz Tibet jetzt ?unter dem wohlwollenden Schutz eines wei?en Sonnenschirms zentriert? sei; und 1698 konstatierte ein anderer Schriftsteller, die Regierung des Dalai Lama diene dem Wohl Tibets ganz so wie ein Bodhisattva - der heilige Held des Mahayana Buddhismus - dem Wohl der gesamten Menschheit diene.?

Kurtis R. Schaeffer, »Der Fünfte Dalai Lama Ngawang Lobsang Gyatso«, in
DIE DALAI LAMAS: Tibets Reinkarnation des Bodhisattva Avalokite?vara,
ARNOLDSCHE Art Publishers,
Martin Brauen (Hrsg.), 2005, S. 65

Der Fünfte Dalai Lama:
Beurteilungen seiner Herrschaft I

?Gem?? der meisten Quellen war der [5.] Dalai Lama nach den Ma?st?ben seiner Zeit ein recht toleranter und gütiger Herrscher.?

Paul Williams, »Dalai Lama«, in
(Clarke, 2006, S. 136)

?Rückblickend erscheint Lobsang Gyatso, der ?Gro?e Fünfte?, dem Betrachter als überragende, allerdings auch als widersprüchliche Gestalt.?

Karl-Heinz Golzio / Pietro Bandini,
»Die vierzehn Wiedergeburten des Dalai Lama«,
O.W. Barth Verlag, 1997, S. 118

»Einmal an der Macht, zeigte er den anderen Schulen gegenüber beträchtliche Großzügigkeit. […] Ngawang Lobsang Gyatso wird von den Tibetern der ›Große Fünfte‹ genannt, und ohne jeden Zweifel war er ein ungewöhnlich kluger, willensstarker und doch gleichzeitig großmütiger Herrscher.«

Per Kvaerne, »Aufstieg und Untergang einer klösterlichen Tradition«, in:
Berchert, Heinz; Gombrich, Richard (Hrsg.):
»Der Buddhismus. Geschichte und Gegenwart«,
München 2000, S. 320

Der Fünfte Dalai Lama:
Beurteilungen seiner Herrschaft II

?Viele Tibeter gedenken insbesondere des V. Dalai Lama bis heute mit tiefer Ehrfurcht, die nicht allein religi?s, sondern mehr noch patriotisch begründet ist: Durch gro?es diplomatisches Geschick, allerdings auch durch nicht immer skrupul?sen Einsatz machtpolitischer und selbst milit?rischer Mittel gelang es Ngawang Lobzang Gyatso, dem ?Gro?en Fünften?, Tibet nach Jahrhunderten des Niedergangs wieder zu einen und in den Rang einer bedeutenden Regionalmacht zurückzuführen. Als erster Dalai Lama wurde er auch zum weltlichen Herrscher Tibets proklamiert. Unter seiner ?gide errang der Gelugpa-Orden endgültig die Vorherrschaft über die rivalisierenden lamaistischen Schulen, die teilweise durch blutigen Bürgerkrieg und inquisitorische Verfolgung unterworfen oder au?er Landes getrieben wurden.

Jedoch kehrte der Dalai Lama in seiner zweiten Lebenshälfte, nach Festigung seiner Macht und des tibetischen Staates, zu einer Politik der Mäßigung und Toleranz zurück, die seinem Charakter eher entsprach als die drastischen Maßnahmen, durch die er zur Herrschaft gelangte. Denn Ngawang Lobzang Gyatso war nicht nur ein Machtpolitiker und überragender Staatsmann, sondern ebenso ein spiritueller Meister mit ausgeprägter Neigung zu tantrischer Magie und lebhaftem Interesse auch an den Lehren andere lamaistischer Orden. Zeitlebens empfing er, wie die meisten seiner Vorgänger, gebieterische Gesichte, die er gegen Ende seines Lebens in seinen ›Geheimen Visionen‹ niederlegte.«

(Golzio, Bandini 1997: 95)

Der Dreizehnte Dalai Lama,
Thubten Gyatso

Der Dreizehnte Dalai Lama, Thubten Gyatso

?Ein anderer, besonders wichtiger Dalai Lama war der Dreizehnte (1876-1933). Als starker Herrscher versuchte er, im Allgemeinen ohne Erfolg, Tibet zu modernisieren. ?Der gro?e Dreizehnte? nutzte den Vorteil des schwindenden Einflusses China im 1911 beginnenden Kollaps dessen Monarchie, um faktisch der vollst?ndigen nationalen Unabh?ngigkeit Tibets von China Geltung zu verschaffen. Ein Fakt, den die Tibeter von jeher als Tatsache erachtet haben.?

Paul Williams, »Dalai Lama«, in
(Clarke, 2006, S. 137)

?Manche m?gen sich vielleicht fragen, wie die Herrschaft des Dalai Lama im Vergleich mit europ?ischen oder amerikanischen Regierungschefs einzusch?tzen ist. Doch ein solcher Vergleich w?re nicht gerecht, es sei denn, man geht mehrere hundert Jahre in der europ?ischen Geschichte zurück, als Europa sich in demselben Zustand feudaler Herrschaft befand, wie es in Tibet heutzutage der Fall ist. Ganz sicher w?ren die Tibeter nicht glücklich, wenn sie auf dieselbe Art regiert würden wie die Menschen in England; und man kann wahrscheinlich zu Recht behaupten, dass sie im Gro?en und Ganzen glücklicher sind als die V?lker Europas oder Amerikas unter ihren Regierungen. Mit der Zeit werden gro?e Ver?nderungen kommen; aber wenn sie nicht langsam vonstatten gehen und die Menschen nicht bereit sind, sich anzupassen, dann werden sie gro?e Unzufriedenheit verursachen. Unterdessen l?uft die allgemeine Verwaltung Tibets in geordneteren Bahnen als die Verwaltung Chinas; der tibetische Lebensstandard ist h?her als der chinesische oder indische; und der Status der Frauen ist in Tibet besser als in beiden genannten L?ndern.?

Sir Charles Bell, »Der Große Dreizehnte:
Das unbekannte Leben des XIII. Dalai Lama von Tibet«,
Bastei Lübbe, 2005, S. 546

Der Dreizehnte Dalai Lama:
Beurteilungen seiner Herrschaft

?War der Dalai Lama im Gro?en und Ganzen ein guter Herrscher? Dies k?nnen wir mit Sicherheit bejahen, auf der geistlichen ebenso wie auf der weltlichen Seite. Was erstere betrifft, so hatte er die komplizierte Struktur des tibetischen Buddhismus schon als kleiner Junge mit ungeheurem Eifer studiert und eine au?ergew?hnliche Gelehrsamkeit erreicht. Er verlangte eine strengere Befolgung der m?nchischen Regeln, veranlasste die M?nche, ihren Studien weiter nachzugehen, bek?mpfte die Gier, Faulheit und Korruption unter ihnen und verminderte ihren Einfluss auf die Politik. So weit wie m?glich kümmerte er sich um die zahllosen religi?sen Bauwerke. In summa ist ganz sicher festzuhalten, dass er die Spiritualit?t des tibetischen Buddhismus vergr??ert hat.

Auf der weltlichen Seite stärkte er Recht und Gesetz, trat in engere Verbindung mit dem Volk, führte humanere Grundsätze in Verwaltung und Justiz ein und, wie oben bereits gesagt, verringerte die klösterliche Vorherrschaft in weltlichen Angelegenheiten. In der Hoffnung, damit einer chinesischen Invasion vorbeugen zu können, baute er gegen den Widerstand der Klöster eine Armee auf; vor seiner Herrschaft gab es praktisch keine Armee. In Anbetracht der sehr angespannten tibetischen Staatsfinanzen, des intensiven Widerstands der Klöster und anderer Schwierigkeiten hätte er kaum weiter gehen können, als er es tat.

Im Verlauf seiner Regierung beendete der Dalai Lama die chinesische Vorherrschaft in dem großen Teil Tibets, den er beherrschte, indem er chinesische Soldaten und Beamte daraus verbannte. Dieser Teil Tibets wurde zu einem vollkommen unabhängigen Königreich und blieb dies auch während der letzten 20 Jahre seines Lebens.«

Sir Charles Bell in (Bell 2005: 546-47)

Der Vierzehnte Dalai Lama,
Tenzin Gyatso

Der Vierzehnte Dalai Lama, Tenzin Gyatso

?Der jetzige vierzehnte Dalai Lama (Tenzin Gyatso) wurde 1935 geboren. Die Chinesen besetzten Tibet in den frühen 1950er Jahren, der Dalai Lama verlie? Tibet 1959. Er lebt jetzt als Flüchtling in Dharamsala, Nordindien, wo er der Tibetischen Regierung im Exil vorsteht. Als gelehrte und charismatische Pers?nlichkeit, hat er aktiv die Unabh?ngigkeit seines Landes von China vertreten. Durch seine h?ufigen Reisen, Belehrungen und Bücher macht er den Buddhismus bekannt, engagiert sich für den Weltfrieden sowie für die Erforschung von Buddhismus und Wissenschaft. Als Anwalt einer ?universellen Verantwortung und eines guten Herzens?, erhielt er den Nobelpreis im Jahre 1989.?

Paul Williams, »Dalai Lama«, in
(Clarke, 2006, S. 137)

Moralische Legitimation
der Herrschaft Geistlicher

Für Sobisch ist die moralische Legitimation der Herrschaft Geistlicher ?außerordentlich zweifelhaft?. Er konstatiert:

?Es zeigte sich auch in Tibet, da? moralische Integrit?t nicht automatisch mit der Zugeh?rigkeit zu einer Gruppe von Menschen erlangt wird, sondern allein auf pers?nlichen Entscheidungen basiert. Vielleicht sind es ?hnliche überlegungen gewesen, die den derzeitigen, vierzehnten Dalai Lama dazu bewogen haben, mehrmals unmi?verst?ndlich zu erkl?ren, da? er bei einer Rückkehr in ein freies Tibet kein politische Amt mehr übernehmen werde. Dies ist, so meine ich, keine schlechte Nachricht. Denn dieser Dalai Lama hat bewiesen, da? man auch ohne ein international anerkanntes politisches Amt inne zu haben durch ein glaubhaft an ethischen Grunds?tzen ausgerichtetes beharrliches Wirken einen enormen Einfluss in der Welt ausüben kann.?

Jan-Ulrich Sobisch,
Lamakratie - Das Scheitern einer Regierungsform (PDF), S. 190,
Universität Hamburg