The Truth of Tibetan Buddhism

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Sexual scandals of Lamas and Rinpoches

über die Dalai Lamas

Before Buddhism was brought to Tibet, the Tibetans had their believes in "Bon". "Bon" is a kind of folk beliefs which gives offerings to ghosts and gods and receives their blessing. It belongs to local folk beliefs.

In the Chinese Tang Dynasty, the Tibetan King Songtsän Gampo brought “Buddhism” to the Tibetan people which became the state religion. The so-called “Buddhism” is Tantric Buddhism which spreads out during the final period of Indian Buddhism. The Tantric Buddhism is also named "left hand tantra" because of its tantric sexual practices. In order to suit Tibetan manners and customs, the tantric Buddhism was mixed with "Bon". Due to its beliefs of ghosts and sexual practices, it became more excessive.

The tantric Master Atiśa spread out the tantric sex teachings in private. Padmasambhava taught it in public, so that the Tibetan Buddhism stands not only apart from Buddhist teachings, but also from Buddhist form. Thus, the Tibetan Buddhism does not belong to Buddhism, and has to be renamed "Lamaism".

   
                  Dalai Lama, la CIA y sus siervos esclavos
Dalai Lama, la CIA y sus siervos esclavos
Autor: Jose Agapito Ramirez      21/03/08
A raíz de que el  Dalai Lama recibió del gobierno estadounidense la más alta condecoración (Medalla de Oro del Congreso), el gobierno chino se sintió ofendido y protestó la doble moral del gobierno de Bush, por haberle otorgado a un traidor y agitador, que como refugiado político, se dedica a actividades secesionistas bajo el disfraz de la religión.
Las religiones han tenido una estrecha relación no sólo con la violencia sino también con la explotación económica. Por cierto, es a menudo la explotación económica la que necesita la violencia. Así fue con la teocracia tibetana, hasta 1959, cuando el Dalai Lama presidió por última vez  el gabinete laico del Tibet. Donde la mayor parte de la tierra arable seguía organizada en propiedades señoriales religiosas o laicas, trabajadas por siervos.
Incluso un escritor como Pradyumna Karan, simpatizante del antiguo orden, admite que “una gran parte de los bienes raíces pertenecía a los monasterios, y la mayoría de estos amasó inmensas fortunas… Además, monjes individuales y lamas pudieron acumular grandes riquezas mediante su participación activa en el comercio, los negocios y los préstamos de dinero.”
La riqueza de los monasterios beneficiaba a los lamas de rango superior, muchos de los cuales eran vástagos de familias aristocráticas, mientras que la mayoría del clero inferior era tan pobre como la clase campesina de la que provenía. Esta desigualdad económica, determinada por la clase, dentro del clero tibetano, era muy parecida a la del clero cristiano en Europa medieval. Junto con el clero superior, se beneficiaron los dirigentes laicos. Un ejemplo notable fue el comandante en jefe del ejército tibetano, que poseía 4.000 kilómetros cuadrados de tierra y 3.500 siervos. También era miembro del gabinete laico del Dalai Lama.
El gabinete laico tenía un ejército profesional, aunque pequeño, que servía de gendarmería para que los terratenientes mantuvieran el orden y capturaran a los siervos escapados. A menudo arrebataban a jóvenes muchachos tibetanos a sus familias y los llevaban a los monasterios para que fueran preparados para ser monjes. Una vez que se encontraban allí, quedaban obligados de por vida.
Un monje, Tashí-Tsering, informa que era práctica común en los monasterios que los niños campesinos sufrieran abusos sexuales. Él mismo fue víctima de repetidas violaciones cuando niño al poco tiempo de ser llevado al monasterio a los nueve años. Las propiedades monásticas también reclutaban a niños campesinos para la servidumbre de por vida como empleados domésticos, danzarines y soldados.
Durante todos los años 60 la comunidad tibetana exiliada se embolsó secretamente 1,7 millones de dólares al año de la CIA, según documentos publicados por el Departamento de Estado en 1998. Una vez publicado este hecho, la propia organización del Dalai Lama publicó una declaración en la que admitió que hubo millones de dólares de la CIA durante los años 60 para enviar escuadrones armados a Tibet a fin de debilitar la revolución maoísta. La parte anual del Dalai Lama fue 186.000 dólares, convirtiéndolo en un agente a sueldo de la CIA. La inteligencia india también lo financió así como a otros exiliados tibetanos. Se ha negado a decir si él o sus hermanos trabajaron con la CIA. La agencia también declinó todo comentario.
En la actualidad, sobre todo a través de la Fundación Nacional a Favor de la Democracia (NED) y otros conductos que suenan más respetables que la CIA, el Congreso de EEUU sigue destinando más de 2 millones de dólares al año a tibetanos en India, y más millones para “actividades democráticas” dentro de la comunidad exiliada tibetana. El Dalai Lama también recibe dinero del financista George Soros, que ahora maneja la Radio Europa Libre/Radio Libertad, creada por la CIA, y otros institutos.
Un artículo de 1999 en el Washington Post señalaba que el Dalai Lama sigue siendo venerado en Tibet, pero… pocos tibetanos saludarían el retorno de los corruptos clanes aristocráticos que huyeron con él en 1959 y que incluyen al grueso de sus asesores. Muchos agricultores tibetanos, por ejemplo, no tienen interés en devolver a los clanes las tierras que obtuvieron gracias a la reforma agraria china. Los antiguos esclavos de Tibet dicen que ellos tampoco quieren que sus antiguos amos vuelvan al poder. 
 
http://www.aporrea.org/internacionales/a53559.html
 

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La CIA, patrocinadora del Dalai Lama
Jean-Paul Desimpelaere  michelcollon.info 
 
Cuando Patrick French era director de la «Free Tibet Champaign» (Campaña por la independencia del Tíbet) en el Reino Unido, fue el primero que pudo consultar los archivos del gobierno del Dalai Lama en el exilio. Se llevó una sorpresa.¿Liquidaron los chinos a los tibetanos?
Llegó a la conclusión decepcionante de que las pruebas del genocidio tibetano perpetrado por los chinos se habían falsificado, así que dimitió de inmediato como director de la campaña por la independencia del Tíbet (1).
En los años sesenta, bajo la dirección del hermano del Dalai Lama, Gyalo Thondrup, se habían recogido testimonios entre los tibetanos refugiados en India. French comprobó que las cifras de muertos se habían añadido al margen posteriormente. Otro ejemplo: un mismo choque armado narrado por cinco refugiados distintos se había contabilizado cinco veces. Mientras tanto, la cifra de 1,2 millones de muertos por culpa de los chinos había dado la vuelta al mundo.
French afirma que eso es sencillamente imposible, ya que todas las cantidades correspondían a hombres y entonces sólo había 1,5 millones de tibetanos varones, por lo que hoy en día apenas quedarían unos pocos. Pero la población ha aumentado hasta cerca de 6 millones de habitantes, el doble que en 1954. Una cifra proporcionada tanto por el Dalai Lama como por las autoridades chinas, esta vez asombrosamente de acuerdo.
Los observadores internacionales (el Banco Mundial, la Organización Mundial de la Salud) también avalan estas cifras; sin embargo, todavía hoy el Dalai Lama sigue diciendo que los chinos fueron los causantes de la muerte de 1,2 millones de tibetanos.
 
¿Es el Dalai Lama una especie de papa del budismo mundial?
Conviene poner las cosas en su sitio. El 6 % de la población mundial es budista. Es poco. Además, el Dalai Lama no es el representante del budismo zen (Japón) ni del budismo del sureste asiático (Tailandia) ni del budismo chino. El budismo tibetano representa solamente la sexagésima parte (1/60) de ese 6 %. Por último, en el Tíbet hay cuatro órdenes monásticas separadas. El Dalai Lama pertenece a una de ellas, la «gelugpa» (sombreros amarillos). Es decir, estamos ante un papa con pocos fieles religiosos pero muchos adeptos políticos…
 
¿Quiénes son los patrocinadores?De 1959 a 1972:
- 180.000 dólares anuales para sus gastos personales, en las hojas de pago de la CIA (documentos desclasificados por el gobierno usamericano; el Dalai Lama lo negó hasta 1980), y
- 1,7 millones de dólares anuales para organizar su red de solidaridad internacional.
Después se pagó la misma cantidad a través de la NED, una organización no gubernamental usamericana cuyo presupuesto depende del Congreso. El Dalai Lama dice que sus hermanos administran «sus negocios». La CIA reclutó a sus dos hermanos, Thubten Norbu (un lama de rango superior) y Gyalo Thondrup en 1951, al primero para recaudar fondos y dirigir la propaganda y al segundo para organizar la resistencia armada.
 
La bomba atómica india: el Buda sonriente
Desde el principio, es decir, cuando resultó evidente que la revolución china triunfaría en 1949, USA trató de convencer al Dalai Lama para que se exiliara. Pusieron a su disposición el dinero y la logística necesarios. Pero el Dalai Lama y su gobierno querían que USA mandara un ejército al Tíbet como había hecho en Corea, y la propuesta les pareció demasiado blanda (Modern War Studies, Kansas University, USA, 2002). A pesar de todo los usamericanos lograron convencer al Dalai Lama de que se exiliara en 1959, pero aún había que convencer a India para que le concediera asilo. Eisenhower le propuso un «cambalache» a Nehru: India aceptaría al Dalai Lama en su territorio a cambio de una beca a 400 ingenieros indios para que se iniciaran en la «tecnología nuclear» en USA. El trato se cerró (2). En 1974 la primera bomba A india recibió el apodo cínico de… «buda sonriente» (3).
(1) Tibet, Tibet, P. French, Albin Michel, 2005.
(2) El comandante William Corson, responsable de las negociaciones, Press Trust of India, 10/8/1999.
(3) Raj Ramanna, ex director del programa nuclear de India, 10/10/1997, Press Trust of India. 
Fuente: 
http://www.michelcollon.info/articles.php?dateaccess=2008-01-02%201...
Jean-Paul Desimpelaere es redactor de Solidaire, el semanario del Partido del Trabajo de Bélgica. Ha sido administrador de la Association Belgique-Chine de 1982 a 1998 y fundador y director de la agencia «Voyages Belgique-Chine» de 1985 a 1998. Está especializado en el estudio del Tíbet.
 



Die Dalai Lamas

»Die Dalai Lamas werden von ihren Anhängern als fortgeschrittene Mahayana Bodhisattvas angesehen, mitfühlende Wesen, die sozusagen ihren eigenen Eintritt in das Nirvana zurückgestellt haben, um der leidenden Menschheit zu helfen. Sie sind demnach auf einem guten Wege zur Buddhaschaft, sie entwickeln Perfektion in ihrer Weisheit und ihrem Mitgefühl zum Wohle aller Wesen. Dies rechtertigt, in Form einer Doktrin, die soziopolitische Mitwirkung der Dalai Lamas, als Ausdruck des mitfühlenden Wunsches eines Bodhisattvas, anderen zu helfen.«

?Hier sollten wir zwei Dinge feststellen, die der Dalai Lama nicht ist: Erstens, er ist nicht in einem einfachen Sinne ein ?Gott-König?. Er mag eine Art König sein, aber er ist kein Gott für den Buddhismus. Zweitens, ist der Dalai Lama nicht das ?Oberhaupt des Tibetischen Buddhismus? als Ganzes. Es gibt zahlreiche Traditionen im Buddhismus. Manche haben ein Oberhaupt benannt, andere nicht. Auch innerhalb Tibets gibt es mehrere Traditionen. Das Oberhaupt der Geluk Tradition ist der Abt des Ganden Klosters, als Nachfolger von Tsong kha pa, dem Begründer der Geluk Tradition im vierzehnten/fünfzehnten Jahrhundert.«

Paul Williams, »Dalai Lama«, in
Clarke, P. B., Encyclopedia of New Religious Movements
(New York: Routledge, 2006), S. 136.

Regierungsverantwortung
der Dalai Lamas

?Nur wenige der 14 Dalai Lamas regierten Tibet und wenn, dann meist nur für einige wenige Jahre.?

(Brauen 2005:6)

»In der Realität dürften insgesamt kaum mehr als fünfundvierzig Jahre der uneingeschränkten Regierungsgewalt der Dalai Lamas zusammenkommen. Die Dalai Lamas sechs und neun bis zwölf regierten gar nicht, die letzten vier, weil keiner von ihnen das regierungsfähige Alter erreichte. Der siebte Dalai Lama regierte uneingeschränkt nur drei Jahre und der achte überhaupt nur widerwillig und auch das phasenweise nicht allein. Lediglich der fünfte und der dreizehnte Dalai Lama können eine nennenswerte Regieruagsbeteiligung oder Alleinregierung vorweisen. Zwischen 1750 und 1950 gab es nur achtunddreißig Jahre, in denen kein Regent regierte!«

Jan-Ulrich Sobisch,
Lamakratie - Das Scheitern einer Regierungsform (PDF), S. 182,
Universität Hamburg

Der Fünfte Dalai Lama,
Ngawang Lobsang Gyatso

Der Fünfte Dalai Lama, Ngawang Lobsang Gyatso

?Der fünfte Dalai Lama, der in der tibetischen Geschichte einfach ?Der Gro?e Fünfte? genannt wird, ist bekannt als der Führer, dem es 1642 gelang, Tibet nach einem grausamen Bürgerkrieg zu vereinigen. Die ?ra des fünften Dalai Lama (in etwa von seiner Einsetzung als Herrscher von Tibet bis zum Beginn des 18. Jahrhunderts, als seiner Regierung die Kontrolle über das Land zu entgleiten begann) gilt als pr?gender Zeitabschnitt bei der Herausbildung einer nationalen tibetischen Identit?t - eine Identit?t, die sich im Wesentlichen auf den Dalai Lama, den Potala-Palast der Dalai Lamas und die heiligen Tempel von Lhasa stützt. In dieser Zeit wandelte sich der Dalai Lama von einer Reinkarnation unter vielen, wie sie mit den verschiedenen buddhistischen Schulen assoziiert waren, zum wichtigsten Beschützer seines Landes. So bemerkte 1646 ein Schriftsteller, dass dank der guten Werke des fünften Dalai Lama ganz Tibet jetzt ?unter dem wohlwollenden Schutz eines wei?en Sonnenschirms zentriert? sei; und 1698 konstatierte ein anderer Schriftsteller, die Regierung des Dalai Lama diene dem Wohl Tibets ganz so wie ein Bodhisattva - der heilige Held des Mahayana Buddhismus - dem Wohl der gesamten Menschheit diene.?

Kurtis R. Schaeffer, »Der Fünfte Dalai Lama Ngawang Lobsang Gyatso«, in
DIE DALAI LAMAS: Tibets Reinkarnation des Bodhisattva Avalokite?vara,
ARNOLDSCHE Art Publishers,
Martin Brauen (Hrsg.), 2005, S. 65

Der Fünfte Dalai Lama:
Beurteilungen seiner Herrschaft I

?Gem?? der meisten Quellen war der [5.] Dalai Lama nach den Ma?st?ben seiner Zeit ein recht toleranter und gütiger Herrscher.?

Paul Williams, »Dalai Lama«, in
(Clarke, 2006, S. 136)

?Rückblickend erscheint Lobsang Gyatso, der ?Gro?e Fünfte?, dem Betrachter als überragende, allerdings auch als widersprüchliche Gestalt.?

Karl-Heinz Golzio / Pietro Bandini,
»Die vierzehn Wiedergeburten des Dalai Lama«,
O.W. Barth Verlag, 1997, S. 118

»Einmal an der Macht, zeigte er den anderen Schulen gegenüber beträchtliche Großzügigkeit. […] Ngawang Lobsang Gyatso wird von den Tibetern der ›Große Fünfte‹ genannt, und ohne jeden Zweifel war er ein ungewöhnlich kluger, willensstarker und doch gleichzeitig großmütiger Herrscher.«

Per Kvaerne, »Aufstieg und Untergang einer klösterlichen Tradition«, in:
Berchert, Heinz; Gombrich, Richard (Hrsg.):
»Der Buddhismus. Geschichte und Gegenwart«,
München 2000, S. 320

Der Fünfte Dalai Lama:
Beurteilungen seiner Herrschaft II

?Viele Tibeter gedenken insbesondere des V. Dalai Lama bis heute mit tiefer Ehrfurcht, die nicht allein religi?s, sondern mehr noch patriotisch begründet ist: Durch gro?es diplomatisches Geschick, allerdings auch durch nicht immer skrupul?sen Einsatz machtpolitischer und selbst milit?rischer Mittel gelang es Ngawang Lobzang Gyatso, dem ?Gro?en Fünften?, Tibet nach Jahrhunderten des Niedergangs wieder zu einen und in den Rang einer bedeutenden Regionalmacht zurückzuführen. Als erster Dalai Lama wurde er auch zum weltlichen Herrscher Tibets proklamiert. Unter seiner ?gide errang der Gelugpa-Orden endgültig die Vorherrschaft über die rivalisierenden lamaistischen Schulen, die teilweise durch blutigen Bürgerkrieg und inquisitorische Verfolgung unterworfen oder au?er Landes getrieben wurden.

Jedoch kehrte der Dalai Lama in seiner zweiten Lebenshälfte, nach Festigung seiner Macht und des tibetischen Staates, zu einer Politik der Mäßigung und Toleranz zurück, die seinem Charakter eher entsprach als die drastischen Maßnahmen, durch die er zur Herrschaft gelangte. Denn Ngawang Lobzang Gyatso war nicht nur ein Machtpolitiker und überragender Staatsmann, sondern ebenso ein spiritueller Meister mit ausgeprägter Neigung zu tantrischer Magie und lebhaftem Interesse auch an den Lehren andere lamaistischer Orden. Zeitlebens empfing er, wie die meisten seiner Vorgänger, gebieterische Gesichte, die er gegen Ende seines Lebens in seinen ›Geheimen Visionen‹ niederlegte.«

(Golzio, Bandini 1997: 95)

Der Dreizehnte Dalai Lama,
Thubten Gyatso

Der Dreizehnte Dalai Lama, Thubten Gyatso

?Ein anderer, besonders wichtiger Dalai Lama war der Dreizehnte (1876-1933). Als starker Herrscher versuchte er, im Allgemeinen ohne Erfolg, Tibet zu modernisieren. ?Der gro?e Dreizehnte? nutzte den Vorteil des schwindenden Einflusses China im 1911 beginnenden Kollaps dessen Monarchie, um faktisch der vollst?ndigen nationalen Unabh?ngigkeit Tibets von China Geltung zu verschaffen. Ein Fakt, den die Tibeter von jeher als Tatsache erachtet haben.?

Paul Williams, »Dalai Lama«, in
(Clarke, 2006, S. 137)

?Manche m?gen sich vielleicht fragen, wie die Herrschaft des Dalai Lama im Vergleich mit europ?ischen oder amerikanischen Regierungschefs einzusch?tzen ist. Doch ein solcher Vergleich w?re nicht gerecht, es sei denn, man geht mehrere hundert Jahre in der europ?ischen Geschichte zurück, als Europa sich in demselben Zustand feudaler Herrschaft befand, wie es in Tibet heutzutage der Fall ist. Ganz sicher w?ren die Tibeter nicht glücklich, wenn sie auf dieselbe Art regiert würden wie die Menschen in England; und man kann wahrscheinlich zu Recht behaupten, dass sie im Gro?en und Ganzen glücklicher sind als die V?lker Europas oder Amerikas unter ihren Regierungen. Mit der Zeit werden gro?e Ver?nderungen kommen; aber wenn sie nicht langsam vonstatten gehen und die Menschen nicht bereit sind, sich anzupassen, dann werden sie gro?e Unzufriedenheit verursachen. Unterdessen l?uft die allgemeine Verwaltung Tibets in geordneteren Bahnen als die Verwaltung Chinas; der tibetische Lebensstandard ist h?her als der chinesische oder indische; und der Status der Frauen ist in Tibet besser als in beiden genannten L?ndern.?

Sir Charles Bell, »Der Große Dreizehnte:
Das unbekannte Leben des XIII. Dalai Lama von Tibet«,
Bastei Lübbe, 2005, S. 546

Der Dreizehnte Dalai Lama:
Beurteilungen seiner Herrschaft

?War der Dalai Lama im Gro?en und Ganzen ein guter Herrscher? Dies k?nnen wir mit Sicherheit bejahen, auf der geistlichen ebenso wie auf der weltlichen Seite. Was erstere betrifft, so hatte er die komplizierte Struktur des tibetischen Buddhismus schon als kleiner Junge mit ungeheurem Eifer studiert und eine au?ergew?hnliche Gelehrsamkeit erreicht. Er verlangte eine strengere Befolgung der m?nchischen Regeln, veranlasste die M?nche, ihren Studien weiter nachzugehen, bek?mpfte die Gier, Faulheit und Korruption unter ihnen und verminderte ihren Einfluss auf die Politik. So weit wie m?glich kümmerte er sich um die zahllosen religi?sen Bauwerke. In summa ist ganz sicher festzuhalten, dass er die Spiritualit?t des tibetischen Buddhismus vergr??ert hat.

Auf der weltlichen Seite stärkte er Recht und Gesetz, trat in engere Verbindung mit dem Volk, führte humanere Grundsätze in Verwaltung und Justiz ein und, wie oben bereits gesagt, verringerte die klösterliche Vorherrschaft in weltlichen Angelegenheiten. In der Hoffnung, damit einer chinesischen Invasion vorbeugen zu können, baute er gegen den Widerstand der Klöster eine Armee auf; vor seiner Herrschaft gab es praktisch keine Armee. In Anbetracht der sehr angespannten tibetischen Staatsfinanzen, des intensiven Widerstands der Klöster und anderer Schwierigkeiten hätte er kaum weiter gehen können, als er es tat.

Im Verlauf seiner Regierung beendete der Dalai Lama die chinesische Vorherrschaft in dem großen Teil Tibets, den er beherrschte, indem er chinesische Soldaten und Beamte daraus verbannte. Dieser Teil Tibets wurde zu einem vollkommen unabhängigen Königreich und blieb dies auch während der letzten 20 Jahre seines Lebens.«

Sir Charles Bell in (Bell 2005: 546-47)

Der Vierzehnte Dalai Lama,
Tenzin Gyatso

Der Vierzehnte Dalai Lama, Tenzin Gyatso

?Der jetzige vierzehnte Dalai Lama (Tenzin Gyatso) wurde 1935 geboren. Die Chinesen besetzten Tibet in den frühen 1950er Jahren, der Dalai Lama verlie? Tibet 1959. Er lebt jetzt als Flüchtling in Dharamsala, Nordindien, wo er der Tibetischen Regierung im Exil vorsteht. Als gelehrte und charismatische Pers?nlichkeit, hat er aktiv die Unabh?ngigkeit seines Landes von China vertreten. Durch seine h?ufigen Reisen, Belehrungen und Bücher macht er den Buddhismus bekannt, engagiert sich für den Weltfrieden sowie für die Erforschung von Buddhismus und Wissenschaft. Als Anwalt einer ?universellen Verantwortung und eines guten Herzens?, erhielt er den Nobelpreis im Jahre 1989.?

Paul Williams, »Dalai Lama«, in
(Clarke, 2006, S. 137)

Moralische Legitimation
der Herrschaft Geistlicher

Für Sobisch ist die moralische Legitimation der Herrschaft Geistlicher ?außerordentlich zweifelhaft?. Er konstatiert:

?Es zeigte sich auch in Tibet, da? moralische Integrit?t nicht automatisch mit der Zugeh?rigkeit zu einer Gruppe von Menschen erlangt wird, sondern allein auf pers?nlichen Entscheidungen basiert. Vielleicht sind es ?hnliche überlegungen gewesen, die den derzeitigen, vierzehnten Dalai Lama dazu bewogen haben, mehrmals unmi?verst?ndlich zu erkl?ren, da? er bei einer Rückkehr in ein freies Tibet kein politische Amt mehr übernehmen werde. Dies ist, so meine ich, keine schlechte Nachricht. Denn dieser Dalai Lama hat bewiesen, da? man auch ohne ein international anerkanntes politisches Amt inne zu haben durch ein glaubhaft an ethischen Grunds?tzen ausgerichtetes beharrliches Wirken einen enormen Einfluss in der Welt ausüben kann.?

Jan-Ulrich Sobisch,
Lamakratie - Das Scheitern einer Regierungsform (PDF), S. 190,
Universität Hamburg